El proyecto propone una reunión de artefactos que dan cuenta a través de un sistema de intervalos potenciados por figuras puras y líneas como vector, nos ofrece un abanico de posibilidades dentro de un imaginario, que nos devuelven o atraviesan lo correcto, lo incorrecto para incomodar o sumergirse en una reflexión.
Una nueva configuración, un nuevo artefacto que surge a partir de esa lectura del material, de ese proceso de entendimiento, de esa conversación o esa danza. La fragilidad de los cuerpos se pone en evidencia a través del recurso de montaje, para visibilizar un posible estado en un acto intimidante. La interrupción es una suspensión temporal de la ejecución en proceso, donde se puede hallar, en un estado más próximo un sin fin de variables. Esto provoca por decirlo de alguna manera un acto intimidante, donde se configura un sistema de artefactos a manera de simulacros que deviene en cuerpo perse, para descubrir momentos que habilitan a una teatralidad. Esta configuración da como resultado una multiplicidad de gestos que nos interpelan a partir de ciertas oscilaciones que se manifiestan en acciones.